En la madrugada del 23 de julio, se registraron detonaciones en la Penitenciaría del Litoral, Guayaquil, dejando seis personas fallecidas y varios heridos. El SNAI ratificó que se trata de 11 heridos.
Así mismo otras cárceles del país se vieron afectadas en sincronía con secuestros de agentes de seguridad penitenciaria en las provincias de Azuay, Cañar, Cotopaxi, Napo y El Oro. Se realizan esfuerzos por parte de la policía nacional para que los agentes sean liberados. Además, reclusos de diferentes provincias se declararon en huelga de hambre.
La violencia en las cárceles ecuatorianas ha sido recurrente, con enfrentamientos entre bandas rivales disputándose el control interno, y desde 2020, ha habido más de 450 presos asesinados en masacres. La situación de violencia también afecta las calles debido a la disputa de grupos del crimen organizado por el control de las rutas del narcotráfico en la zona de la Costa, donde Ecuador es utilizado como conductor para la cocaína que se dirige a Norteamérica y Europa.