Una Asamblea Nacional con varios problemas administrativos, financieros, de seguridad, de relaciones interinstitucionales, laborales, entre otros, fue lo que encontró Henry Kronfle (PSC) desde que asumió la presidencia del Parlamento, el 17 de noviembre.
Detalló que el 17 de noviembre el presupuesto de la Asamblea estaba en $ 33,9 millones, lo que implica un 34 % menos de los $ 51,5 millones asignados antes de la muerte cruzada.
En cuanto al personal, indicó que entre 2021 y 2023 hubo alrededor de 1.300 funcionarios legislativos. Pero para cuando la Legislatura volvió a abrir sus puertas -seis meses después de la muerte cruzada- contó con solo 387 servidores, entre personal administrativo y asambleístas.
“Recibí una institución con una operatividad del 29 % en relación con las administraciones anteriores”, dijo Kronfle, al tiempo de enfatizar que pese a la limitación se cumplió con la reapertura de la Asamblea y el cambio de mando presidencial.