Tras las rejas, Leandro Norero Tigua se estaba saliendo con la suya. Los chats hallados en su celular muestran que logró resolver cómo justificar $ 6,5 millones en efectivo encontrados en su domicilio, con la ayuda de una contratista del Estado. Sin embargo, le quedaba maquinar cómo explicar el origen de decenas de lingotes de oro.
La Fiscalía había encontrado el dinero y el oro en un allanamiento realizado en la mansión de Norero, en la urbanización La Ribera de Batán, en Samborondón, en mayo de 2022. Eran parte de las evidencias que sirvieron a la Fiscalía para iniciar un proceso judicial por presunto lavado de activos en contra de Norero, su esposa, dos de sus hermanos y otras personas.
Para defenderse, los abogados del narcotraficante diseñaron una estrategia para matar dos pájaros de un tiro: usar la existencia del dinero para respaldar la del oro. Los diálogos de la planificación quedaron registrados en el teléfono de Norero y ahora son parte del caso Metástasis. El plan consistió en encontrar a una persona con permisos para explotar oro, hacerle firmar un contrato con Norero, incluyendo una fecha antigua, y hacerle declarar ante la Fiscalía que el negocio era verdadero.
