La masacre ocurrida dentro del bus 135 de la cooperativa de transporte San Cristóbal fue un ataque direccionado. Así lo determinó el coronel de la Policía del cantón Puebloviejo, Diego Villamarín, descartando que haya sido motivado por un asalto y robo.
Tres hombres, una mujer junto con un niño de 5 años abordaron el transporte en la terminal terrestre de Babahoyo.
La Policía informó que uno de los ahora fallecidos, de nacionalidad venezolana, fue quien compró los pasajes para dirigirse hacia el cantón Tulcán.
El conductor del bus dijo a la Policía que cubría la ruta Guayaquil-Tulcán y que mientras conducía por la vía Babahoyo-Puebloviejo fue interceptado por dos camionetas.
A bordo, desconocidos armados con fusiles dispararon contra el conductor del micro para obligarlo a que parara la marcha del bus en el recinto La Aurora.
Tras romper el parabrisas, los criminales subieron al transporte, revisaron todos los asientos y exigieron a los pasajeros alzar la cabeza para poder reconocerlos.