Meyer, un inversor inmobiliario de 81 años residente en Beverly Hills, ha acumulado una fortuna a lo largo de su vida y ha llenado su casa de tesoros sobre ruedas. Aunque ha vendido algunos de sus vehículos, como el Porsche 356 A Speedster a Steve McQueen, su pasión por los coches de competición ha perdurado. Uno de los destacados en su colección es un Porsche 911 Carrera RSR 2.8 de 1973, que logró la primera victoria internacional de un 911 en las 24 Horas de Daytona de ese año. Además, obtuvo triunfos en la serie de carreras Trans-Am y en el IMSA GT Championship. Se estima que este RSR 2.8 tiene una gran cotización en el mercado de subastas, posiblemente superando los cinco millones de euros. Con alrededor de 800 CV, el coche cuenta con un motor bóxer de 6 cilindros y dos turbos, sin sistemas electrónicos para gestionar la potencia. Su diseño difiere del 911 original, con un frontal modificado y aletas aerodinámicas con branquias para la refrigeración de los frenos.